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En otras partes de la región:

Burzaco, Temperley y Monte Grande

Si la falta de accesibilidad fuera una prenda de vestir, se podría decir que ésta es una constante, así como una remera básica blanca o un jean azul, en las estaciones ferroviarias de la región. La mayor parte del Conurbano Bonaerense no puede ser transitado libremente con tranquilidad y seguridad (en términos de la dificultad motriz), por todas las personas. Además de las estaciones ferroviarias, a casi todas las líneas locales le faltan vehículos aptos para rampas. 

 

Pero regresando a las rampas, la estación Burzaco (en el partido vecino de Almirante Brown) cuenta con rampas en ambos ingresos a la estación. Sin embargo, el cambio de anden se puede realizar únicamente por escaleras. En otras estaciones, como Adrogué, esto no presenta un problema tan grave, puesto que el cruce a nivel se encuentra a pocos metros de distancia de los respectivos ingresos a las estaciones. Pero en Burzaco, éstos cruces se encuentran a casi dos cuadras de distancia con respecto a la estación. De más está decir, que las veredas que conectan con estos cruces peatonales se encuentran en pésimo estado, y resulta imposible que una persona sola en silla de ruedas pueda realizar el recorrido por su cuenta. Además, este cruce resulta viable no sólo por el tren sino también porque conecta de una manera más directa las dos terminales de colectivos, como también a una zona más “residencial”, si se quiere decir, de Burzaco con su centro comercial. 

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ESTACIÓN BURZACO

En la estación Monte Grande, como cuenta Nancy Din, vecina de El Jagüel y familiar de víctimas, “hay una rampa, pero de un solo lado de la estación”. Esto genera que, aquellos pasajeros que necesiten utilizar el andén contrario deban regresar hasta Ezeiza, porque El Jagüel tampoco tiene rampas para cambiar de andén, y de allí comenzar un nuevo viaje desde la terminal. 

 

La estación Temperley es otro tema. Esta estación, en donde convergen tres ramales (Alejandro Korn, Ezeiza y Bosques), una persona sola en silla de ruedas, madres o padres con niños en brazos y cochecito, personas con disfunción motriz, entre otros, pueden acceder, pero no ingresar a los andenes, puesto que se hace por un puente cuyas escaleras descienden en cada anden. De esta manera, las leyes mencionadas se infringen agresivamente.

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